“No estamos eliminando agroquímicos, estamos introduciendo nuevos"
Indymedia Argentina
El investigador del Conicet Andrés Carrasco, quien había
denunciado los efectos tóxicos del glifosato, advirtió que la introducción en
el país de diez nuevas semillas transgénicas de soja y maíz aumentará la
aplicación de sustancias químicas nocivas para la salud, entre ellas el
herbicida glufosinato de amonio.
En el último año, el Ministerio de Agricultura de la Nación
aprobó la introducción en el país de diez nuevas semillas transgénicas, entre
ellas la soja Intacta RR2 anunciada en los últimos días. Contradiciendo lo
afirmado desde el gobierno y las empresas, el investigador del Conicet y
docente de la UBA Andrés Carrasco advirtió que estas tecnologías conllevarán
una mayor aplicación de agroquímicos. Además, relató que cinco de los nuevos
organismos que se usarán en el país son resistentes al glufosinato de amonio,
un producto “más tóxico que el glifosato”.
“No estamos eliminando los herbicidas y los agroquímicos,
estamos introduciendo nuevos”, dijo Carrasco a este medio en respuesta a los
anuncios oficiales difundidos días atrás, según los cuales la introducción de
nuevas semillas transgénicas en Argentina permitirá una agricultura más
respetuosa con el medio ambiente.
El investigador del Conicet y director del Laboratorio de
Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires (UBA) difundió en 2009 un estudio que demostró los efectos tóxicos del
glifosato en embriones. El uso de dicho herbicida comenzó a extenderse en 1996
cuando se aprobó por primera vez en el país la semilla de soja transgénica
creada por la multinacional Monsanto.
Desde aquel momento hasta hoy, el gobierno nacional aprobó
27 Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que buscan mejorar el rendimiento
de la producción agrícola, diez de los cuales fueron autorizadas en el último
año. Según indicó Carrasco, la soja Intacta RR2 desarrollada por Monsanto
-resistente al glifosato y a determinados insectos- fue la que mayor difusión
alcanzó en los últimos días, pero la lista incluye nueve semillas más de soja y
maíz y cada una de ellas es resistente a distintos tipos de agroquímicos.
“Lo más significativo es que de las 10 nuevas semillas del
último año -y de eso no se habla- 5 de ellas incorporaron el glufosinato de
amonio. Es decir que son semillas resistentes al glifosato y a este nuevo
herbicida”, explicó el investigador en relación al producto cuyo nombre
comercial más difundido es “Liberty” de la empresa Bayer.
Según se establece en la página oficial del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Ganadería de la Nación, las cinco semillas de soja y maíz
aprobadas entre 2011 y 2012 resistentes al glufosinato de amonio fueron
desarrolladas por las empresas Bayer, Syngenta, Dow AgroSciences y Monsanto.
“Era obvio que las empresas iban a tener que poner otro herbicida”,
expresó el científico en relación a la creciente aparición de malezas
resistentes al glifosato. Y explicó que actualmente quien utilice estos nuevos
OGM combinará la aplicación de dos herbicidas en el proceso de pulverización,
aumentando los riesgos a la salud y el ambiente.
“Más tóxico que el glifosato”
“Se ha dicho públicamente y con fuerza en discursos
oficiales que las nuevas semillas introducidas por estas grandes
transnacionales van a usar menos agroquímicos. A lo mejor usan menos agroquímicos
de un tipo pero están introduciendo otros nuevos que no son mejores que los que
se están usando hoy sino que son peores”, denunció Carrasco. Y agregó que la
aplicación de glufosinato que conlleva el uso de algunas de estas semillas es
la mayor demostración de esta realidad.
“Se sabe que es más tóxico que el glifosato, eso sin duda”,
aseguró el investigador del Conicet respecto a los efectos que puede provocar
este producto sobre la salud. En este sentido, el biólogo precisó: “El problema
es que si el glifosato era clase 4 -o sea que se decía que tenía baja toxicidad
y después se descubrió que esa baja toxicidad era muy relativa, que más bien
tenía efectos no deseables- desde el año 1996 se sabe que el glufosinato altera
la síntesis de neurotrasmisores porque es un bloqueante de un aminoácido
importante para el sistema nervioso”.
Según Carrasco, ya en 1996 experimentos de laboratorio
realizados en mamíferos demostraron que este agroquímico puede provocar
malformaciones congénitas. “Durante el desarrollo embrionario tiene efectos
teratogénicos muy significativos”, señaló y destacó que entre los resultados de
dicho estudio se encontraron incluso malformaciones en rostro.
De este modo, el director del Laboratorio de Embriología
Molecular expresó que las investigaciones realizadas y publicadas hace más de
una década en ratones ya indicaban que el glufosinato produce muertes celulares
en el tejido nervioso.
En otros países
A su vez, el investigador principal del Conicet destacó que
el glufosinato está siendo duramente cuestionado en otros países y señaló que
ya fue declarado como tóxico por un informe de la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria. En ese marco, el producto fue incluido entre las 22
sustancias que la Unión Europea prohibiría próximamente por sus riesgos para la
salud.
“Es muy probable que en Europa el glufosinato sea prohibido
porque ya hay reportes oficiales de la Unión Europea que van en esa dirección y
está en las listas negras, hay montones de organizaciones ambientalistas que
están pidiendo que lo prohíban”, advirtió el biólogo.
Carrasco aclaró que en territorio europeo no están
permitidos los cultivos transgénicos con resistencia a ningún tipo de
herbicida, por lo que hasta ahora tanto el glifosato como el glufosinato se
aplican para otros fines. Pese a ello, según informó el investigador, hace un
año Bayer debió sacar este producto del mercado en Alemania por disposición de
las autoridades.
Así, cuestionando la aprobación del kirchnerismo de las
nuevas semillas de soja y maíz, concluyó: “Mientras los europeos tienden a no
permitir que se vendan en los viveros herbicidas a base de glufosinato para las
plantitas, nosotros lo estamos introduciendo en la producción agrícola”.
Finalmente, el profesor de la UBA advirtió que el panorama
empeora si se tiene en cuenta que actualmente Argentina cuenta con 23 millones
y medio de hectáreas sembradas con transgénico que pretenden aumentarse
considerablemente en los próximos años, trayendo aparejado un uso creciente de
agroquímicos.
Fuente:
http://argentina.indymedia.org/news/2012/09/820475.php