Informe del CONICET sobre incendios intencionales de campos

07-11-04 La Nación Ciencia y Salud

Un fenómeno que preocupa: causan una gran erosión
Crecen los incendios intencionales de campos

Se realizan para aprovechar la tierra, eliminar bosques y pastizales o controlar plagas, pero son nocivos para el clima y la salud

· La quema de biomasa origina la emisión de gases de efecto invernadero
· Por primera vez, un equipo del Conicet y de la UCA está trazando un mapa satelital de esta práctica deletérea
El humo que el martes último ensombreció la ciudad nos permitió a los porteños observar de cerca una pequeña muestra de una actividad que preocupa a los investigadores por sus efectos en el medio ambiente y, potencialmente, en la salud humana: la quema de biomasa.
"El humo que sentimos casi no aparece en las fotos; lo que se ve son las nubes, aunque puede haber habido más humo antes o después del paso del satélite -afirma la ingeniera química Diana Mielnicki, investigadora de la Universidad Católica Argentina (UCA) y el Conicet -. Tenemos 100 incendios iguales o mayores todos los días en distintos lugares de la Argentina, y muchas veces 400, 800 y hasta 1300. Pero éste se produjo a 40 km de Buenos aires y con viento a favor. Imaginate lo que es estar cerca de los incendios en los que se ve la columna de humo en las imágenes satelitales."
La quema de biomasa se realiza, entre otras cosas, para eliminar bosques y pastizales en la explotación agrícologanadera, para el control de pestes, insectos y malezas, o para la producción de energía.
Aunque una parte de los incendios es de origen natural, la mayoría ocurre como resultado de la acción humana. Mielnicki y el físico Pablo Canziani conducen un equipo interdisciplinario que está trazando un mapa satelital de esta práctica deletérea.
"Hay zonas de La Pampa donde es una antigua costumbre que se sigue para sacar los rastrojos -explica Canziani-. En el eje Tucumán-Salta-Jujuy, tiene que ver con el desmonte. También se hace para fabricar carbón de leña para exportación, que alcanza precios incluso más atractivos que los de la soja. En otros lugares es para plantar soja."
Según los especialistas, la quema de biomasa no es inocua, sino que tiene profundas influencias en el clima mediante la emisión de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, óxido nitroso y metano), que destruyen la capa de ozono estratosférico (bromuro de metilo) y aerosoles, y también por medio de cambios en el «albedo» (cociente entre la radiación reflejada y la incidente) de la superficie quemada.
Hasta los últimos dos o tres años no existían registros objetivos sobre la quema de biomasa. Las mediciones de Canziani y Mielnicki indican que va en aumento.
En la Argentina, por ejemplo, en 2001 hubo 5000 focos de incendio, en 2002, 9000, y en 2003... 24.000. En Bolivia, los incendios pasaron de 9000 a 18.000, y luego a 27.000 por año en el mismo período.
Sólo en septiembre del año en curso hubo en el estado de Mato Grosso 25.000 focos de incendio, cifra que duplica los producidos en la misma época de años anteriores. En el mismo mes hubo en todo Brasil 68.000; en Bolivia, 17.000, y en la Argentina, 14.900.
"La quema de biomasa no pasa desapercibida para la atmósfera -afirma Mielnicki-. En las mediciones satelitales de monóxido de carbono del 6 de septiembre de 2003, que registró el máximo de incendios para la Argentina, con 1313 focos, las concentraciones de monóxido de carbono a 1500 metros de altura triplicaron los valores normales."
En la superficie, el ozono generado por el monóxido de carbono en presencia de óxidos de nitrógeno es dañino para la salud y la vegetación.
"El monóxido es precursor de eventos de ozono troposférico, que afecta la productividad de los cultivos y la salud humana -detalla Canziani-. Es lo que llamamos el «ozono malo», que es el que se produce a baja altura, como ocurre en las ciudades por la combustión de motores. Dadas las condiciones de temperatura y radiación ideales, se puede generar una zona de contaminación en un lugar muy remoto de donde se hizo el incendio. Se han visto eventos de quema de biomasa en Africa que van a parar a Colombia. Por ejemplo, un fenómeno atmosférico conocido como «chorro de capas bajas» ( low level jet ), que se produce sobre el recorrido del Paraná y es algo que están estudiando investigadores de la UBA, puede arrastrar esa contaminación desde Brasil a la ciudad de Buenos Aires."

PELIGRO, EROSION
Además, allí no termina el problema, porque cuando se producen incendios se elimina una cobertura vegetal que protege el suelo, que de ese modo se vuelve más vulnerable. Sobre todo en el Amazonas, cuando se abre una brecha, se debilita el borde del bosque y se facilitan los incendios y esto acelera la pérdida por otras causas. El suelo queda más expuesto y, ante las intensas lluvias tropicales, aumenta la erosión. "El cambio en el uso del suelo origina cambios en el aporte del suelo al clima, lo que produce un impacto indirecto en el cambio climático", dice Canziani.
Y más adelante concluye: "Esta nueva evidencia que ofrece la observación satelital debería impulsar la discusión que tenemos pendiente sobre un cambio en las prácticas agrícolas, porque nada es gratis en la ecuación ambiental. La actividad agropecuaria incide en el clima, y esto exige definir cuáles son los criterios de desarrollo sostenible. Si no, puede haber grandes ganancias en el corto plazo, pero si se destruye el recurso, en el balance final las pérdidas van a ser mucho mayores".


Esas nubes que reprimen la lluvia
Las emisiones de la quema de biomasa -en incendios provocados entre julio y noviembre, cuando más seca está la vegetación y más fácil se propaga el fuego-, tienen una larga serie de consecuencias en la dinámica atmosférica.
"En los incendios se producen aerosoles -explica Diana Mielnicki-, que son importantes para la formación de nubes, porque actúan como núcleos de condensación y permiten que se formen las gotas. Pero cuando hay demasiados aerosoles , se forman gotas muy chiquititas y en mucha cantidad. Esto tiene varios efectos: por un lado, las nubes son más brillantes, lo que incide en la radiación, y por otro, no se produce la precipitación. Es decir, está nublado todo el tiempo, pero no llueve. Y si no llueve, los aerosoles no se limpian, se mantienen en la atmósfera y se trasladan. Aunque es más difícil que se produzca la precipitación, si finalmente se produce es más violenta. Y si esas lluvias intensas caen sobre una zona que fue deforestada, aumenta la erosión. Además, la deforestación disminuye la evaporación, y eso afecta el ciclo hidrológico."
Y Pablo Canziani lo corrobora. "Las investigaciones indican que la quema de la biomasa amazónica, exacerbada por la deforestación en bandas o parches, muestra impactos en la humedad que podrían afectar sustancialmente los sistemas de circulación regional y global, agravando la contaminación de la atmósfera -afirma-. Y pensar que todo empieza a partir de la quema de algo chico... cien metros cuadrados.. Muchos pensarán que no es nada, pero..."