Graves denuncias del jefe de Oncología del Hospital
*Aunque el servicio continuará a cargo de los otros dos médicos, el Dr. Carlos Galvez, una eminencia en la materia, cortó relación con San Pedro. *Denunció que nunca recuperó los más de 10 mil pesos que invirtió en el nosocomio y que nunca llegó al área una heladera donada. *Al mismo tiempo señaló que solicitó audiencias con el intendente en cuatro oportunidades, pero nunca fue atendido. *Recelos por la atención simultánea en las clínicas privadas serían los motivos de la falta de apoyo.
Si la salud forma parte de recelos entre lo público y lo privado, entonces no hay esperanzas. Y cuando se trata con liviandad los problemas que revisten los servicios de asistencia a enfermedades graves como el cáncer, entonces la crueldad aflora a la superficie sin tapujos.
El Dr. Carlos Gálvez, jefe hasta ayer del servicio de oncología del Hospital Subzonal San Pedro y actual director del mismo servicio en el Oncológico Marie Curie de la ciudad de Buenos Aires, decidió no formar más parte del equipo médico que asiste a los enfermos oncológicos. Y no por diferencia entre ellos, al contrario. La Dra. Ubaltón y el Dr. Silvio Ejarque seguirán trabajando en la ciudad y consultando a Gálvez mientras él presta servicios en Capital.
Los motivos por los que el especialista deja de venir de manera totalmente gratuita (como lo hizo hasta el momento), son muchos y fueron denunciados públicamente esta mañana por el médico, eminencia en su especialidad y que no tiene ningún vínculo con sectores políticos.
Aseguró que desde que llegó a San Pedro invirtió más de 10 mil pesos de sus bolsillos en el servicio, que nunca le fueron devueltos. Además, brindó de su banco de drogas personal, medicamentos a los pacientes que tenían problemas con la entrega de las drogas por parte de algunas obras sociales, y esperó que le fueran reintegradas al tiempo deseado por la administración pública provincial.
“He puesto más de 10 mil pesos, además puse el banco de drogas mío a disposición para los pacientes de San Pedro. Después lo recuperamos, pero nunca se me reconoció nada”, lamentó el médico cuyo prestigio lo coloca mucho más allá de cualquier resquemor en un nosocomio de ciudad chica.
Cuando los médicos fueron convocados para trabajar en el Hospital, la idea era comenzar un servicio de excelencia que fue logrado a pesar de los escasos recursos manejados. La intención era competir directamente con Pergamino, el centro especializado más cercano de atención oncológica y hasta con La Plata. Para ello, el Dr. Gálvez realizó los contactos pertinentes para lograr tener un servicio de radioterapia (que complementa en algunos casos la quimioterapia que se realiza en el Hospital). También se montaría un laboratorio de excelencia y un banco de drogas oncológicas. ¿Por qué quedaron truncas esas ideas?
“Nada de eso se cumplimentó. Fui a hablar con el intendente que nos prometió que en pocos días nos iba a conseguir otra renta, porque yo estoy viniendo gratis a San Pedro. A mí nunca se me rentó. He conseguido una que la está cobrando el Dr. (Silvio) Ejarque (el otro oncólogo). Antes me pagaban la nafta pero ya no lo hacen”, comentó el médico.
Si eso parece demasiado, no son las únicas irregularidades denunciadas. “Se nos donó una heladera y nunca apareció en el servicio. Fue del hermano del intendente y nunca la recibimos nosotros. Según tengo entendido, no sé qué hizo la administradora con la heladera. Es una cosa gravísima. Tenemos drogas que necesitaban frío. Hemos perdido una cantidad enorme que nuestros pacientes pudieron contar con ello”, informó.
Cabe mencionar que en el Hospital sólo hay una pequeña sala con cuatro camas donde se asisten los pacientes que deben someterse a la quimioterapia. Si bien la Cooperadora había construido otras para destinar al menos una al servicio, “de repente nos encontramos que no era así”, dijo Gálvez. “La palabra que nos dio la Cooperadora fue anulada por la administradora”, agregó.
*Público / Privado
Pero aún no se explican las razones de la desatención del servicio, donde se asisten más de 50 personas. “Esto empezó a funcionar mal hace 4 meses; cuando ellos estaban en campaña prácticamente se olvidaron de nosotros, pero la administradora también, no nos dio nunca más aportes ni ninguna ayuda”, acusó el médico. Asimismo, dijo que desde entonces no tiene más contacto con el Dr. Sebastián Francisca, director del centro asistencial. “Automáticamente no me dirigió nunca más la palabra”, aseguró. Y estimó que los inconvenientes se iniciaron cuando decidieron atender también en las clínicas privadas de la ciudad. ¿Puede quedar la salud en medio de una competencia entre lo público y lo privado?
“Yo creo que el problema fue cuando pasamos a atender en las clínicas, porque había pacientes que realmente no querían ir al Hospital, y yo estando en el Hospital no puedo negarles eso. Tuvimos que ir a las clínicas para atender a esos pacientes, no fue de mala fe, fue para cumplir con la necesidad de los pacientes de San Pedro, que muchos se atendían o en San Nicolás o en Pergamino y era muy oneroso. Eso no entendió el Dr. Francisca. Yo no creo en la mala voluntad del Doctor, pero puede que haya interpretado mal acción”, opinó Gálvez.
Al mismo tiempo, el profesional se vio decepcionado por la falta de respuestas del intendente ante sus reiterados llamados. “Llamé tres o cuatro veces a la secretaria a las 10 de la noche, pre campaña y pos campaña y nunca me devolvió el llamado”, aseguró. Incluso cuando los jueves los tres médicos del servicio permanecen en el nosocomio hasta después de las 23.
Por lo pronto, la continuidad del servicio está asegurada con los otros dos médicos (uno de los cuales también trabaja gratuitamente ya que sólo hay una renta). “Lo que pasa es que se ven resentidos porque no se le puede dar la calidad. No queremos bajar nosotros el prestigio y el nivel de atención que le hemos prometido al paciente”, planteó Gálvez y agregó: “Nosotros nos manejamos con la palabra y la ética profesional que son los principales valores que rescato de mis discípulos”.
El vínculo con el Hospital Marie Curie continuará debido a que los oncólogos que seguirán en la ciudad también trabajan en la Capital.
Si la salud forma parte de recelos entre lo público y lo privado, entonces no hay esperanzas. Y cuando se trata con liviandad los problemas que revisten los servicios de asistencia a enfermedades graves como el cáncer, entonces la crueldad aflora a la superficie sin tapujos.
El Dr. Carlos Gálvez, jefe hasta ayer del servicio de oncología del Hospital Subzonal San Pedro y actual director del mismo servicio en el Oncológico Marie Curie de la ciudad de Buenos Aires, decidió no formar más parte del equipo médico que asiste a los enfermos oncológicos. Y no por diferencia entre ellos, al contrario. La Dra. Ubaltón y el Dr. Silvio Ejarque seguirán trabajando en la ciudad y consultando a Gálvez mientras él presta servicios en Capital.
Los motivos por los que el especialista deja de venir de manera totalmente gratuita (como lo hizo hasta el momento), son muchos y fueron denunciados públicamente esta mañana por el médico, eminencia en su especialidad y que no tiene ningún vínculo con sectores políticos.
Aseguró que desde que llegó a San Pedro invirtió más de 10 mil pesos de sus bolsillos en el servicio, que nunca le fueron devueltos. Además, brindó de su banco de drogas personal, medicamentos a los pacientes que tenían problemas con la entrega de las drogas por parte de algunas obras sociales, y esperó que le fueran reintegradas al tiempo deseado por la administración pública provincial.
“He puesto más de 10 mil pesos, además puse el banco de drogas mío a disposición para los pacientes de San Pedro. Después lo recuperamos, pero nunca se me reconoció nada”, lamentó el médico cuyo prestigio lo coloca mucho más allá de cualquier resquemor en un nosocomio de ciudad chica.
Cuando los médicos fueron convocados para trabajar en el Hospital, la idea era comenzar un servicio de excelencia que fue logrado a pesar de los escasos recursos manejados. La intención era competir directamente con Pergamino, el centro especializado más cercano de atención oncológica y hasta con La Plata. Para ello, el Dr. Gálvez realizó los contactos pertinentes para lograr tener un servicio de radioterapia (que complementa en algunos casos la quimioterapia que se realiza en el Hospital). También se montaría un laboratorio de excelencia y un banco de drogas oncológicas. ¿Por qué quedaron truncas esas ideas?
“Nada de eso se cumplimentó. Fui a hablar con el intendente que nos prometió que en pocos días nos iba a conseguir otra renta, porque yo estoy viniendo gratis a San Pedro. A mí nunca se me rentó. He conseguido una que la está cobrando el Dr. (Silvio) Ejarque (el otro oncólogo). Antes me pagaban la nafta pero ya no lo hacen”, comentó el médico.
Si eso parece demasiado, no son las únicas irregularidades denunciadas. “Se nos donó una heladera y nunca apareció en el servicio. Fue del hermano del intendente y nunca la recibimos nosotros. Según tengo entendido, no sé qué hizo la administradora con la heladera. Es una cosa gravísima. Tenemos drogas que necesitaban frío. Hemos perdido una cantidad enorme que nuestros pacientes pudieron contar con ello”, informó.
Cabe mencionar que en el Hospital sólo hay una pequeña sala con cuatro camas donde se asisten los pacientes que deben someterse a la quimioterapia. Si bien la Cooperadora había construido otras para destinar al menos una al servicio, “de repente nos encontramos que no era así”, dijo Gálvez. “La palabra que nos dio la Cooperadora fue anulada por la administradora”, agregó.
*Público / Privado
Pero aún no se explican las razones de la desatención del servicio, donde se asisten más de 50 personas. “Esto empezó a funcionar mal hace 4 meses; cuando ellos estaban en campaña prácticamente se olvidaron de nosotros, pero la administradora también, no nos dio nunca más aportes ni ninguna ayuda”, acusó el médico. Asimismo, dijo que desde entonces no tiene más contacto con el Dr. Sebastián Francisca, director del centro asistencial. “Automáticamente no me dirigió nunca más la palabra”, aseguró. Y estimó que los inconvenientes se iniciaron cuando decidieron atender también en las clínicas privadas de la ciudad. ¿Puede quedar la salud en medio de una competencia entre lo público y lo privado?
“Yo creo que el problema fue cuando pasamos a atender en las clínicas, porque había pacientes que realmente no querían ir al Hospital, y yo estando en el Hospital no puedo negarles eso. Tuvimos que ir a las clínicas para atender a esos pacientes, no fue de mala fe, fue para cumplir con la necesidad de los pacientes de San Pedro, que muchos se atendían o en San Nicolás o en Pergamino y era muy oneroso. Eso no entendió el Dr. Francisca. Yo no creo en la mala voluntad del Doctor, pero puede que haya interpretado mal acción”, opinó Gálvez.
Al mismo tiempo, el profesional se vio decepcionado por la falta de respuestas del intendente ante sus reiterados llamados. “Llamé tres o cuatro veces a la secretaria a las 10 de la noche, pre campaña y pos campaña y nunca me devolvió el llamado”, aseguró. Incluso cuando los jueves los tres médicos del servicio permanecen en el nosocomio hasta después de las 23.
Por lo pronto, la continuidad del servicio está asegurada con los otros dos médicos (uno de los cuales también trabaja gratuitamente ya que sólo hay una renta). “Lo que pasa es que se ven resentidos porque no se le puede dar la calidad. No queremos bajar nosotros el prestigio y el nivel de atención que le hemos prometido al paciente”, planteó Gálvez y agregó: “Nosotros nos manejamos con la palabra y la ética profesional que son los principales valores que rescato de mis discípulos”.
El vínculo con el Hospital Marie Curie continuará debido a que los oncólogos que seguirán en la ciudad también trabajan en la Capital.
Felicitas Bernasconi
(El Imparcial, enero de 2006)