En Alemania, la niñez sufre de carencias
importantes, dicen expertos. Por el otro lado, Alemania también es un país
donde muchos voluntarios se ocupan de ayudar preparando, por ejemplo,
bocadillos para niños que, de otro modo, no tendrían qué comer.
"Es muy triste, ver a niños que llegan a la
escuela con hambre, o que llevan sandalias en invierno porque no tienen zapatos
adecuados", dice Hartmut Szymiczek, de la “Gelsenkirchener Tafel",
una organización caritativa que pone a disposición de los niños comida y ropa
en forma gratuita.
Para la realización de su trabajo, las asociaciones
dependen del dinero, la ropa y la comida que donan las tiendas de la región.
"Lo que podemos ofrecerles es poco", dice Szymiczek. "Lo que
necesitamos es un programa oficial de ayuda estatal que se ocupe de todos esos
problemas".
Alemania: país rico, país pobre
Un nuevo estudio a largo plazo del Instituto de
Trabajo y Pedagogía Social (ISS, por sus siglas en alemán) confirma que
"la pobreza es el factor de riesgo más alto para el desarrollo de niños y
de jóvenes", resume la directora del informe, Gerda Holz. Desde hace 15
años, la investigadora del instituto lleva a cabo un análisis sobre lo que
realmente significa ser pobre en un país tan rico como Alemania. Para el
estudio, se consideró pobres a las familias que recibían menos de la mitad del
ingreso promedio, que los investigadores estiman en € 2.700 por hogar.
"Eso significa", dijo Gerda Holz, "que la pobreza sobre la que
se está discutiendo en Alemania toma como referencia la riqueza y la
prosperidad de este país".
Sin cuarto propio, sin bicicleta, sin vacaciones
Gerda Holz, del ISS.
A continuación, Holz explica: "La pobreza
infantil en Alemania significa específicamente que los niños no tienen
suficiente comida, que no tienen un cuarto propio y que no pueden participar en
actividades de la escuela, como excursiones o viajes”.
La última encuesta de 2010 señala que uno de cada
cuatro participantes en la investigación vivía en situación de pobreza, de
acuerdo con los parámetros alemanes. La razón principal es que los padres no
tienen trabajo y, por lo tanto, no cuentan con un ingreso mensual que cubra las
necesidades de la familia. Los motivos son diversos: algunos padres o madres
cabeza de familia no tienen una formación profesional adecuada, o han estado
desempleados durante mucho tiempo. Otros están enfermos o discapacitados. Y
también hay madres y padres que deben que cuidar y educar a sus hijos solos y
por eso no pueden trabajar.
Nacer pobre, ¿morir pobre?
Holz había comenzado el estudio a finales de los
años 90 por encargo de la Asociación de Asistencia Social para Trabajadores
(AWO). En los últimos años, cerca 1.000 niños de seis años fueron visitados y
entrevistados regularmente por investigadores de la ISS. Se comprobó uno de
cada dos niños que eran pobres en 1999 seguía siendo pobre. La pobreza tiene a
menudo como consecuencia cambios notables en el comportamiento. Además, algunos
de ellos tienen que cuidar de sus hermanos pequeños o trabajar para ganar
dinero y ayudar a la familia. "La pobreza conduce a un mayor estrés y a
tener menos oportunidades", explica Holz.
También otros estudios confirman esos resultados.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la pobreza
infantil en Alemania es más alta que en otros países industrializados de
Europa. Aproximadamente 1,2 millones de niños carecen de lo más básico, como,
por ejemplo, una comida caliente una vez al día, o un segundo par de zapatos.
De acuerdo con cifras de la Asociación Alemana para la Protección de la
Infancia (DKSB), en Alemania uno de cada cinco niños vive en situación de
pobreza: en total son más de 2,5 millones.
Pobreza según los parámetros alemanes.
Una comida caliente es demasiado cara
Según organizaciones como AWO e ISS, el resultado
del estudio impone consecuencias, y creen que el Estado debe intervenir, es
decir, que tendría que ayudar a los padres a encontrar trabajo, y además
garantizar que haya suficientes ofertas para el cuidado de los niños a precios
accesibles, tanto en guarderías o jardines de infantes como en escuelas de
tiempo completo, donde reciban también clases de apoyo escolar.
La investigación concluye que sobre todo los niños
que aprovechan de estas ofertas de ayuda del gobierno tienen oportunidades de
salir de la pobreza. "Solo instituciones fuertes pueden ofrecer a los
niños lo que nunca podrían recibir en casa", dijo el director de AWO,
Wolfgang Stadler.
También el Gobierno federal escribe en un informe
actual sobre la situación de niños y jóvenes que "es indudable que Alemania
tiene aún mucho por hacer para mejorar sus condiciones en cuanto a ofertas
educativas, de cuidado y educación de los más jóvenes”.