"Es hora de que EE.UU. cese la persecución de WikiLeaks, de nuestro pueblo y de otras fuentes".
El fundador de WikiLeaks, Julian
Assange, apareció ayer entre los relatores en la Asamblea General
de la ONU. Habló
de los derechos humanos, de la política de EE.UU., de la tragedia personal de
Bradley Manning y de los cambios en el mundo.
Buenos días, señores delegados,
señoras y señores,
Hoy hablo con ustedes como un
hombre libre porque a pesar de que estoy detenido desde hace 659 días sin
cargos, soy libre en el sentido básico y más importante, soy libre para decir
lo que pienso.
Esta libertad existe porque la
nación de Ecuador me ha concedido el asilo diplomático. Y otras naciones
tuvieron la voluntad de apoyar esta decisión. Es por el artículo 19 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos de la ONU ,
gracias a la cual WikiLeaks fue capaz de recibir y difundir informaciones e
ideas de toda índole, sin consideración de fronteras. Y es por el artículo 40.1
de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que estipula
el derecho de buscar asilo de la persecución y la 1951 Convención sobre el Estatuto
de los Refugiados y otras convenciones producidas por Naciones Unidas, con las
cuales puedo ser protegido igual que otros, de la persecución política.
Gracias a las Naciones Unidas
puedo realizar en este caso, mi derecho inalienable a buscar protección de las
acciones opresoras que algunos gobiernos emprenden en mi contra, contra los
empleados y los seguidores de mi organización. Es gracias a la prohibición
absoluta de la tortura, estipulada por la norma ordinaria internacional y la Convención de la ONU contra la Tortura , que seguimos
firmemente denunciando las torturas y crímenes de guerra, sin importarnos
quiénes son los perpetradores. Quisiera agradecer la cortesía del Gobierno de
Ecuador, de facilitarme la posibilidad de hablar otra vez ante la ONU en unas circunstancias muy
diferentes a las que tuve durante el "Universal Periodic Review” en
Ginebra en 2010.
Hace casi 2 años hablé ante la ONU sobre nuestro trabajo de
descubrir las torturas y los asesinatos de casi 100.000 ciudadanos en Irak.
Pero hoy les quiero contar una historia estadounidense. Les quiero contar una
historia sobre un joven soldado estadounidense en Irak. El soldado nació en
Oklahoma, de madre galesa y padre de la Armada de EE.UU. Sus padres se enamoraron. Su
padre fue enviado a una base militar estadounidense en Gales. Desde la niñez,
el soldado parecía que iba a tener un futuro muy prometedor, ganó varios
premios principales en las ferias de ciencias locales, durante tres años
seguidos. Creía en la verdad y le gustábamos todos nosotros. Él odiaba la
hipocresía.
Él creía en la libertad y en el
derecho para todos nosotros de buscar felicidad. Él creía en los valores que
fundaron el país independiente de Estados Unidos. Él creía en Madison, en
Jefferson, creía en Paine. Igual que muchos adolescentes era inseguro en qué
hacer con su vida pero sabía que quería defender a su país y sabía que quería
conocer el mundo. Ingresó en el Ejército de EE.UU. y como su padre se hizo un
analista de inteligencia.
A finales de 2009 cuando tenía 21
años fue enviado a Irak. Allí supuestamente fue donde vio que el Ejército
estadounidense no sigue la ley de manera estricta, de hecho está involucrado en
homicidios y apoya la corrupción política. Se supone que esto fue en Bagdad en
2010 cuando envió a WikiLeaks, me entregó a mí y de hecho al mundo, los
detalles que mostraban torturas de iraquíes, los asesinatos de periodistas y
las cintas con la información sobre más de 120.000 homicidios de civiles en
Irak y en Afganistán. Está acusado de haber entregado a WikiLeaks 251.000
cables diplomáticos de EE.UU., con ayuda de los cuales luego se encendió la Primavera Árabe. El
nombre de este joven soldado es Bradley Manning.
Presuntamente fue arrestado en
Bagdad tras ser traicionado por un informante, primero fue encarcelado en
Kuwait y luego llevado a Virginia, donde fue recluido durante 9 meses en
régimen de aislamiento y fue donde sufrió severos abusos. Abusos que el relator
Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura , Juan Méndez, investigó y denunció ante
EE.UU. Un portavoz de Hillary Clinton rechazó estas acusaciones.
Bradley Manning, el que fuera
estrella de las ferias de ciencias, soldado y patriota… fue degradado,
maltratado y torturado psicológicamente por su propio Gobierno. Fue acusado de
delitos penales. Todo esto le sucedió porque el Gobierno de EE.UU. intentó
romper su voluntad y forzarle a testificar contra WikiLeaks y contra mí.
Hasta el día de hoy, Bradley
Manning lleva detenido sin juicio 856 días. El máximo legal para el Ejército de
los Estados Unidos es de 120 días.
No debemos subestimar la
investigación a la cual ha sido sujeta WikiLeaks por el FBI. Lo único que
desearía decir es que Bradley Manning ha sido la única víctima de toda esta
situación, pero el asalto a WikiLeaks en relación a ese asunto y a otros ha
producido una investigación a la que un diplomático australiano se ha referido
como "sin precedentes" en su naturaleza. Eso es lo que el Gobierno de
EE.UU. llamó "toda la investigación gubernamental". Las agencias de
inteligencia identificadas que se han visto involucradas en esta investigación
incluyen la Agencia
de Inteligencia de la Defensa ,
la división de investigación contra el crimen del Ejército de los EE.UU., las
fuerzas aliadas en Irak, la primera división del Ejército, la unidad de
investigación del Ejército de crímenes cibernéticos, la CCIU , el segundo cibercomando
del Ejército.
En el marco de estas tres
investigaciones que se llevan a cabo, hay una del departamento de Justicia que
es la más significante, y la del jurado de EUU en Alexandria, Virginia. La
oficina Federal de Investigación (FBI), según el testimonio en la Corte , elaboró un archivo de
42.135 páginas sobre WikiLeaks. De las que casi ocho mil, están dedicadas a
Bradley Manning. El departamento de Estado y los servicios de seguridad
diplomáticos realizan sus indagaciones. Adicionalmente fuimos investigados por la Oficina del director
general del Servicio de Inteligencia Nacional, la Oficina del ejecutivo del
servicio de contraespionaje, la
CIA , el comité de supervisión doméstica, además de la
plantilla del Servicio de Seguridad Nacional, el comité interdepartamental de
inteligencia y por La
Junta Asesora de Inteligencia exterior del Presidente.
El portavoz del departamento de
Justicia, Dean Boyd, confirmó en julio del 2012 que la investigación de su
oficina contra WikiLeaks continúa. Ayer Barack Obama pronunció muchas palabras
buenas. Pero es precisamente su Administración la que publica en su sitio
dedicado a la campaña electoral, más espacio sobre la criminalización de la
libertad de expresión que todos los presidentes anteriores.
Yo recuerdo la frase sobre la
audacia de la esperanza. ¿Quién puede decir que el presidente de EEUU no es
audaz? No fue un paso audaz por parte del Gobierno norteamericano, atribuirse
el progreso de los últimos dos años. ¿Fue audaz por su parte declarar el martes
que EEUU respaldó a las fuerzas de cambio, durante la Primavera Árabe? La
historia de Túnez no comenzó en diciembre del 2010, y Mohamed Bouazizi no se
incendió para que Barack Obama tuviera posibilidad de ser reelegido. Su muerte
fue fruto de la desesperación que soportaba viviendo bajo el régimen de Ben
Ali. El mundo conoció tras leer las publicaciones de Wikileaks, que Ben Ali y
su Gobierno, disfrutaron durante muchos años de la indiferencia o quizá hasta
del respaldo de EEUU que era consciente de sus crímenes y sus desmanes. Así que
para los tunecinos sería una sorpresa conocer que EEUU respaldó a las fuerzas
de cambio en su país. Y sería una sorpresa para los jóvenes egipcios, que
limpiaban de sus ojos el gas lacrimógeno norteamericano, que la Administración
estadounidense apoyaba los procesos de cambio en Egipto.
Debería ser una sorpresa para
aquellos que escucharon a Hillary Clinton insistir en que el régimen de Mubarak
era "estable", y cuando estaba claro para todos que no era así, que
su odiado jefe de inteligencia, Suleiman, de quien nosotros demostramos que
EE.UU. sabía que era un verdugo, debería tomar el cargo. Debería ser una
sorpresa para todos los egipcios que escucharon al vicepresidente Joseph Biden
que declaró que Hosni Mubarak era un demócrata y Julian Assange era un
terrorista informático. Es irrespetuoso para los muertos y encarcelados en la
revuelta de Bahréin que reivindican a EE.UU. "apoyo a las fuerzas de
cambio".
De hecho esto es atrevido. ¿Quién
puede decir que no es atrevimiento que el presidente que trata de comparecer
como líder mira hacia atrás en este gran cambio, el cambio de la gente, y
después lo llama a su manera? Pero podemos animarnos aquí también porque eso
significa que la Casa Blanca vio que este progreso es inevitable. En este
"tiempo de progresos" el presidente ha visto en qué dirección sopla
el viento. Y ahora él debe fingir que es su Administración la que lo hizo
estallar. Muy bien, esto es mejor que la alternativa: inclinarse hacia la
irrelevancia mientras el mundo sigue adelante. Tenemos que ser claros aquí:
EE.UU. no es el enemigo. Su Gobierno no es uniforme. En algunos casos gente
buena en Estados unidos apoya las fuerzas de cambio. Y quizá Barack Obama
personalmente fue uno de ellos. Pero en otros, y en masa, en etapas tempranas,
se opusieron activamente. Este es un problema histórico y no es justo y no es
apropiado para el presidente distorsionar esa cuestión para obtener ganancias
políticas o por pronunciar buenas palabras.
Y en cuanto a las palabras
buenas, son solo las palabras buenas. Nosotros las alabamos y estamos de
acuerdo con estas palabras. Estamos de acuerdo con lo que el presidente Obama
dijo ayer de que las personas pueden resolver sus divergencias pacíficamente.
Estamos de acuerdo con que la diplomacia puede sustituir la guerra y estamos de
acuerdo que esto es un mundo independiente. Estamos de acuerdo en que la
libertad y la libre determinación de las personas no son valores meramente
estadounidenses u occidentales, sino valores universales. Y estamos de acuerdo
con el presidente cuando dice que debemos hablar con honestidad si somos serios
sobre estos ideales. Pero las palabras buenas languidecen sin acciones
proporcionales. El presidente Obama habló con firmeza a favor de la libertad de
expresión. "Los que están en el poder", dijo, "tienen que
resistir la tentación de reprimir a los disidentes".
Hay tiempo para las palabras y
hay tiempo para las acciones. Ya el tiempo de las palabras se ha agotado. Es
hora de que EE.UU. cese la persecución de WikiLeaks, cese la persecución de
nuestro pueblo y cese la persecución de otras fuentes. Es hora de que el
presidente Obama haga lo correcto y se una a los cambios en el mundo no con
buenas palabras, sino con buenos hechos.
Gracias.