Señora Presidenta de la Nación: Reciba el fraterno saludo de Paz y Bien. Deseándole mucha fuerza y esperanza para llevar adelante los desafíos que el país necesita para fortalecer la construcción democrática en la vigencia de los derechos humanos y un nuevo desarrollo equitativo. No desconocemos los avances positivos en cuanto a la política de derechos humanos, en la búsqueda de Verdad y Justicia por los crímenes cometidos por la dictadura militar, para superar la impunidad jurídica y política. La renovación de la Corte Suprema de Justicia fue un paso importante en la independencia del poder judicial del poder político. Los logros alcanzados en la recuperación económica son significativos y permitió superar la postración a que fue sometido el país. Esos avances fueron posibles por las decisiones políticas durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner. Es esperanzador que Ud., como presidenta de la Nación, busque profundizar la política de derechos humanos y comprenderlos en su integridad. No sólo lo ocurrido durante la dictadura militar; sino los derechos económicos, sociales y culturales; el medio ambiente y la soberanía sobre nuestro territorio y recursos naturales, hoy gravemente amenazados. Ésta carta es extensa y breve al mismo tiempo, por lo tanto intento dar una apretada síntesis de algunos de los graves problemas que afectan al país. Un antiguo proverbio Zen dice: "SI NO SABES A DÓNDE VAS, REGRESA PARA SABER DE DÓNDE VIENES" ¿Sabemos los argentinos y argentinas, a dónde vamos y de dónde venimos? El 24 de marzo recordamos el dolor y la resistencia del pueblo durante la dictadura militar que fue parte de la política continental para implantar el proyecto neoliberal a través de la Doctrina de Seguridad Nacional, con un alto costo en vidas humanas, muertos, desaparecidos, torturados, encarcelados y exiliados. Proyecto que tuvo como objetivo la destrucción de la capacidad productiva del país y la apropiación de sus recursos. Esa política nefasta de destrucción y muerte no comenzó en 1976; fue impuesta varias décadas atrás en el país y en todo el continente. Tampoco podemos obviar a las Tres A y el terrorismo de Estado impuesto durante el gobierno de Isabel Perón. Entre los mecanismos de dominación, está la deuda externa que los gobiernos continúan pagando, generando un círculo vicioso y suicida: "más pagamos, más debemos y menos tenemos", hipotecando el presente y futuro del pueblo. El gobierno esta negociando con el Club de París la deuda externa con el agravante que los miembros del Club le exigen hacerlo a través del FMI, condicionando la soberanía nacional. Ésta situación es posible porque el gobierno y los que le precedieron, se han sometido a los intereses internacionales y no tienen el coraje y decisión política de realizar una auditoría, que determine la deuda legítima, de la ilegítima. Disponen de toda la documentación del juicio iniciado por el Dr. Alejandro Olmos y que el juez Ballestero enviara al Parlamento Nacional y pidiendo que se investigue. Sin embargo la decisión tomada es: "de eso no se habla y no se toca. Se paga"; generando la impunidad y permitiendo continuar con el aumento de la deuda y el saqueo del país. El gobierno debe hacer frente al pago de 52.907 millones de dólares, entre intereses y vencimiento de la deuda., lo que representa casi el 30% de la deuda pública total reconocida por la Argentina que asciende en la actualidad a 137.114 millones de dólares. La deuda pública aumentó en 11 mil millones de dólares por el ajuste del CER En el presupuesto nacional del año 2008, aprobado por el Congreso Nacional, se destinan cerca de 20 millones de pesos para el pago de los intereses de la deuda externa. Mientras el presupuesto para Educación alcanza a los 11.300.000 de pesos y el de Salud a los 6.200.000 de pesos. Si se suman los dos presupuestos son menos que el pago de los intereses de la deuda externa ¿Cuáles son las prioridades del país? No se puede hacer una abstracción de las consecuencias de la deuda y su relación con las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar. Asignaturas pendientes con el pueblo Son los derechos que deben ser defendidos en su integridad. Es urgente enfrentar los altos índices de mortalidad infantil. Según el informe anual de Unicef (2007) mueren en el país 25 bebés menores de un año por día, la mayoría por causas evitables. La situación de desigualdad se hace más evidente en las provincias pobres. El último informe (2007) de la ONU es alarmante, la mortalidad infantil es de 13,3 por cada mil nacidos. Los pueblos originarios están sometidos a la marginalidad, explotación y extinción, como el caso del Pueblo Mbya Guaraní, donde la mortalidad infantil alcanza al 90 por mil. Es doloroso el índice de mortalidad entre el Pueblo Tobas que en el año 2007 alcanzó a 20 víctimas de hambre. El informe señala que un 20 por ciento de la población, se apropia del 60 por ciento de las riquezas que se generan en todo el territorio nacional. Señala el abandono de parte del gobierno y la aplicación de políticas equivocadas desarrolladas en los últimos años. El modelo político y económico de dominación implantado en el país no desapareció. Por el contrario se fue afirmando en el tiempo a través de los sucesivos gobiernos que continuaron aplicando la misma receta neoliberal y poniendo al país en subasta al mejor postor, con las políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones. Muchos de los problemas planteados surgen de las políticas de gobierno que son permisivas. La rebelión del campo hay que analizarla detenidamente y no medir con la misma vara a todos los productores. No son las retenciones el único problema; son las políticas de desigualdad, de explotación y privilegio de las grandes corporaciones. No se hace cargo de las condiciones que el campesino debe afrontar frente a sequías, inundaciones, granizo y pérdida de la producción. La ley de minería, sancionada durante el gobierno menemista es una de las más nefastas para el país. Sin embargo no se toca. Lo que marca el índice de complicidad directa e indirecta en la destrucción del medio ambiente y daños a la población. La misma actitud tiene el gobierno con la Ley de Radiodifusión impuesta durante la dictadura militar que los gobiernos se niegan a modificar e impiden el ejercicio de la libertad de prensa y medios comunitarios alternativos. El gobierno no desconoce lo que explicito, pero deja hacer a las empresas sus negocios sin importarle el costo en vidas y pérdida de los recursos naturales. Es cierto que han tratado de detener el desmonte de los bosques y hubo que enfrentar la fuerte oposición de legisladores que defendía el capital financiero. A esa situación se suma el uso indiscriminado de los agroquímicos; la quema de grandes extensiones de bosques para plantar soja trasgénica, provocando daños irreversibles. Pocas veces se tiene en cuenta nuestros mares y ríos sometidos y amenazados por la devastación y explotación de empresas navieras extranjeras, provocando altos índices de contaminación y destrucción de los recursos marítimos, ante la imposibilidad de disponer de la vigilancia y control de la soberanía sobre nuestros mares. La soberanía sobre el territorio de la Antártida esta amenazada y el gobierno debe actuar antes que sea tarde. Muchos gobernadores provinciales, como señores feudales, manejan las provincias de acuerdo a sus intereses, vendiendo tierras que no les pertenecen. No se sabe que hacen con el dinero. Cabe preguntarse si existe un Catastro, un seguimiento sobre los recursos y títulos provinciales y nacionales. Mientras, someten y marginan a indígenas y campesinos y les niegan los títulos de posesión. A este respecto, los Pueblos Originarios, con quienes estamos en permanente contacto, nos han expresado su preocupación por la puesta en marcha de la Ley 26.160 de Emergencia Territorial, ya que la misma corre peligro de vencimiento. Hasta el momento no se conoce qué medidas está tomando al respecto el Instituto de Asuntos Indígenas (INAI). No existe en el país una ley que regule y ponga límite a la venta de tierras a extranjeros. La complicidad de legisladores y gobernadores; como de los sucesivos gobiernos nacionales, han impedido que avance la sanción de una ley de protección a la tierra. Es necesario tener en cuenta el documento "Una Tierra para todos" de la Comisión Permanente del Episcopado Argentino, sobre la grave situación que viven los indígenas y campesinos. Los obispos señalan: "UNA DEUDA PENDIENTE. A una década de la incorporación del inciso 17 en el Art. 75 de la Constitución Nacional- que reconoce la preexistencia de los pueblos indígenas, su derecho a las tierras tradicionalmente ocupadas y otras aptas y suficientes, a una educación bilingüe intercultural, a su propia lengua y cultura y a la participación en aquellas cuestiones que los afecten- pareciera que la situación de las comunidades se agrava cada vez más y los problemas estructurales que padecen se agudizan día a día". No es posible que se expulse de sus tierras a indígenas y campesinos y se les someta el hambre y la pobreza; violando la Constitución Nacional, y el Art. 169 del Convenio de la OIT; los Pactos y Protocolos Internacionales que el Estado Argentino suscribió y que no respeta, violando los derechos humanos que deben ser defendidos en su integridad. Lamentablemente en nuestro país existen categorías de ciudadanos y ciudadanas de primera, segunda y tercera clase. ¿Que democracia se está construyendo? Duele tener que decirlo, Sra. Presidenta. EL PAÍS ESTÁ EN VENTA. Se han vendido más de 16.900.000 hectáreas de tierra a extranjeros. Se suma la noticia del proyecto de privatizar el Banco Nación, (esperemos que sea solamente un rumor) que hoy tiene en sus manos 14.500.000 hectáreas de chacareros endeudados que pasarían a mano de la banca extranjera, suma que en total de tierras vendidas e hipotecadas, asciende a 31.400.000 hectáreas. Lo que significa una superficie semejante a toda la provincia de Buenos Aires. De ser así, sería una pérdida irreparable de la soberanía nacional y completaría la entrega del país. Le recuerdo que detrás de cada número hay rostros, de niños, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos que nos cuestionan e interpelan y reclaman un lugar justo y digno en la vida. Debemos preguntarnos si el sueño de nuestros mayores, sus luchas y esperanzas de construir un país libre y soberano fue sólo una quimera. ¿Es posible que el pueblo despierte a la pesadilla de la realidad que vivimos y vea cómo han vendido el país y nos encontremos extranjeros en nuestra propia tierra? ¿Dónde ha quedado el profundo sentido de Patria, hoy casi olvidada? ¿Qué significa la identidad y pertenencia que nos legaron nuestros libertadores, que lucharon y dieron sus vidas para dar vida y libertad a nuestro pueblo? ¿Murieron en el olvido? ¿Fueron idealistas frustrados que soñaron un país distinto, soberano y libre de dominaciones? En el año 2010 el país celebrará el Bicentenario de su grito de libertad. ¿Quedará algo para celebrar de nuestro patrimonio, valores e identidad nacional? ¿Dónde quedó el clamor del pueblo que lucha por su liberación? ¿O es que tal vez, pretendan celebrar la re-colonización del país? Vuelvo al proverbio: Hay que regresar a las fuentes; profundizar en los valores y la memoria compartida de las luchas populares para saber de donde venimos y hacia dónde vamos. Debemos ser coherentes entre el decir y el hacer. No es posible hablar de soberanía sin tener el control y ser dueños de los recursos naturales con empresas nacionales básicas y estratégicas. Un país que no tiene el control de sus recursos queda cautivo de las empresas transnacionales y lleva a la dependencia, el hambre, la pobreza y marginalidad del pueblo. Sra. Presidenta, usted ha reclamado a la sociedad que la ayuden a "defender el modelo de país". Creo que la mayoría estamos de acuerdo en apoyar un proyecto de país y hacer todos los esfuerzos necesarios. Pero: ¿Qué significa el modelo actual de país? Es necesario tener claridad conceptual y desarrollar políticas acordes para construir y defender un país soberano, trabajar para la recuperación de nuestros recursos y la redistribución de la riqueza a fin de alcanzar el derecho e igualdad para todos. Sin embargo vemos que ha firmado en París los acuerdos para la construcción del "Tren de alta velocidad o "Tren Bala".Es una bala dirigida al corazón del pueblo. No hay políticas coherentes que lleven a recuperar los ramales ferroviarios que fueron desmontados; condenando al aislamiento a gran parte de las regiones del interior. Las aguas bajan turbias Como bien lo señalara Hugo del Carril hace varias décadas, hoy también las aguas bajan turbias e impiden ver lo que ocurre en el país. Es necesario que las aguas se aquieten, que se calme la mente y el espíritu y esperar que se vuelvan transparentes para ver el fondo. Cuando en los años 74,75 y 76 y durante la lucha por los derechos humanos contra la dictadura militar y la violencia de diversos signos que sufría el país, reclamamos a dirigentes políticos, sindicales, eclesiásticos que actúen antes que sea tarde, muchos miraron para otro lado, no querían ver ni escuchar; hubo quienes fueron cómplices de la destrucción del país y salieron a golpear los cuarteles para reclamar que salgan las tropas a reprimir. Gracias a Dios hubo hermanos y hermanas en la fe coherentes con el la espiritualidad y el compromiso junto al pueblo. Nuestro mártir de los llanos riojanos, Monseñor Enrique Angelelli decía: "Debemos poner un oído en el pueblo y otro en el Evangelio para saber por donde ir" Es necesario hacer memoria, para que nos ilumine el presente. Recordar lo que ocurrió con la Forestal en Santa Fe, con la venta de YPF, Aerolíneas Argentinas, Obras Sanitarias de la Nación; Teléfonos del Estado, Ferrocarriles Argentino, entre otras empresas nacionales. Señora Presidenta, es necesario restablecer el equilibrio entre los seres humanos con la Madre Naturaleza, con el Cosmos y con Dios, defender la integridad de la creación porque de ello depende el presente y futuro de la humanidad, de nuestro país y de nuestros hijos. Es necesario recordar la carta del jefe indio de Seatlle, dirigida al jefe blanco: "De una cosa estamos seguros, la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. Todo va enlazado como la sangre que une a la familia. El hombre no tejió la trama de la vida, él es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo. y está tentando a la desgracia si osa romper esa red". Se pregunta: ¿Dónde está el bosque espeso? Desapareció ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así se acaba la vida y sólo nos queda el recurso de intentar sobrevivir". ¿Qué nos espera si continúa la política de devastación actual? Resistir en la esperanza Que nos permita construir nuevos paradigmas de vida junto a nuestro pueblo y los hermanos del continente latinoamericano, en la integración y diversidad, en la unidad. Es necesario tener presente que federalismo, no significa feudalismo y desintegración del país. Existe una gran perversión conceptual y de valores éticos y filosóficos ¿Hasta cuando se puede soportar tanta humillación e injusticias al sentirnos exiliados en nuestra propia tierra? Para finalizar, Señora Presidenta, lo que señalo es un aporte al gobierno. La situación que vive el país se arrastra desde hace muchas décadas y continuar aplicando ésta política es suicida. Sabemos las dificultades que debe afrontar y que se deben dar pasos concretos hacia los cambios que el país necesita. Esta situación no se resuelve con paliativos y clientelismo político. Urge la necesidad de políticas dirigidas a recuperar la soberanía, la libertad, el derecho del pueblo a disponer de su patrimonio; de los recursos energéticos, la biodiversidad, el agua y la tierra. El retroceso que el país ha sufrido en las últimas décadas es alarmante. Es necesario superar el analfabetismo y las enfermedades endémicas, el hambre y evitar que se mueran niños, indígenas y ancianos. La seguridad pasa por implementar políticas sociales y cambios estructurales en el fortalecimiento de la soberanía nacional y vigencia de los derechos humanos desde su integridad. Escuche el clamor del pueblo y luche por la construcción de un nuevo amanecer, sabiendo que otro mundo es posible y que otra Argentina es posible. Tenemos expectativas a que se sume a la resistencia y construcción en la esperanza. Le reitero mi fraterno saludo Adolfo Pérez Esquivel Premio Nóbel de la Paz |